De mi tío Carlos, la alegría por compartir momentos en familia y el disfrute de la actividad diaria.
De mi tía Nora, el aprovechar las oportunidades que se nos presentan y entender la importancia de una buena formación para el futuro.
De mi abuela la tradición familiar, la humildad y la generosidad con aquellos a los que la suerte no les ha llegado.
De mi padre, el ser fiel a tus principios, la serenidad para llevar una vida tranquila y la devoción por proveer un hogar para aquellos que más quieres.
De mi madre, la capacidad de sostener una sonrisa en los momentos difíciles, el anteponer los intereses ajenos a los propios y la difícil tarea de perdonar a aquellos que nos han hecho daño.